EXPEDICIÓN DE CAYO CONFITES
(Historia Dominicana en Gráficas)
La expedición de Cayo Confites fue un movimiento militar contra Rafael Leonidas Trujillo originado en Cuba en 1947 que promovió la invasión armada para derrocar el régimen. Su nombre proviene del cayo perteneciente al archipiélago de Camaguey, ubicado en el océano Atlántico, llamado Cayo Confites.
Para principios de 1947 en medio de los aires democráticos de la Post Guerra, Rafael Trujillo se encontraba rodeado de gobiernos opuestos a su dictadura, Rómulo Betancourt en Venezuela, Juan José arévalo en Guatemala, Ramón Grau San Martín en Cuba y elli Lescot en Haití.
Luego de un congreso unificador del exilio dominicano celebrado en la Universidad de La Habana, quedó constituido el Frente Unido de la Liberación Dominicana, con Ángel Morales como presidente, los doctores Ramón del Lara y Juan Isidro Jiménez Grullón, secretarios, Leovigildo Cuello, delegado plenipotenciario, y Juan Bosch, delegado especial ante los países americanos.
Esta dirección hizo gestiones antes los gobiernos americanos del área del Caribe con la finalidad de obtener ayuda para una acción militar contra Trujillo.
En enero de 1945 Juan Bosch viajó a México, a Venezuela en octubre, donde se entrevistó con el presidente Rómulo Betancourt, y en noviembre viajó a Haití donde el Presidente Ellie Lescot le entregó la suma de 25,000 dólares como aporte a la lucha contra Trujillo.
En enero de 1946 Juancito Rodríguez, un rico terrateniente de La Vega, República Dominicana, salió al exilio y se puso al frente de los planes expedicionarios que se encontraban en La Habana.
José Manuel Alemán, Ministro de Educación del gobierno de Grau San Martín, fue el contacto entre los exiliados dominicanos y el gobierno cubano, mientras que Manolo Castro, director de deportes del mismo ministerio, dirigente del movimiento socialista revolucionario MSR, se puso al frente de las labores de reclutamiento de voluntarios cubanos para la expedición.
Tomando como base de operaciones las instalaciones del hotel San Luis en La Habana, dominicanos, cubanos y de otras nacionalidades lograron conformar un ejército de más de 1,000 hombres –algunos aseguran que llegaron a reclutar 1,300-, entre ellos, veteranos de la guerra civil española y de la Segunda Guerra Mundial.
El 13 de julio de 1947, los exiliados eligieron un comité central para dirigir la expedición integrado por: Juancito Rodríguez, Ángel Morales, Leovigildo Cuello, Juan Bosch y Juan Isidro Jiménez.
Batallones
Días después los expedicionarios salen de La Habana hacia el Politécnico de Holguín, en el oriente de Cuba, donde reciben entrenamiento militar bajo las órdenes de Manolo Bordas, ostentaba el rango de teniente del ejército norteamericano y fue quien organizó a los expedicionarios en cuatro batallones:
· Batallón Sandino, comandante Rolando Masferrer, cubano, abogado y veterano de la guerra civil Española.
· Batallón Guiteras, comandante Eufemio Fernández, cubano, médico y veterano de la Guerra civil Española.
· Batallón Luperón, comandante Jorge rivas Monte, Hondureño, militar de carrera graduado de la escuela militar de Guatemala.
· Batallón Máximo Gómez, comandante Feliciano Mederne, militar de carrera jefe de la expedición de Gibarao.
Del Politécnico de Holguín los expedicionarios fueron trasladados a la bahía de Nipes donde les esperaba el buque Aurora y la goleta Berta con gran parte del cargamento para la expedición, abordaron los barcos y se dirigieron hacia un islote perteneciente al archipiélago de Camagüey en el océano Atlántico llamado Cayo Confites.
El gobierno norteamericano, aliado y cómplice del dictador dominicano, al enterarse de los planes de invasión comenzó a presionar al presidente Grau San Martín, para que detuviera la acción militar que se preparaba contra Trujillo, con ese propósito su embajador en La Habana, Henry Norweb, en Julio de 1947 visitó dos veces al presidente Grau y dos veces al canciller de su gobierno.
Trujillo declara la guerra
El 22 de julio de 1947, Trujillo se enteró de los planes de invasión contra él desde territorio cubano, e inició una serie de protestas por la vía diplomática contra el gobierno de Cuba. Semanas después, ante la inminente salida de los expedicionarios, Trujillo declaró: “En el momento en que el primer invasor pise tierra dominicana, comenzaremos a bombardear la ciudad de La Habana”.
En medio de ejercicios militares, prácticas de desembarco y otras maniobras, los expedicionarios de Cayo Confites esperaban más barcos, así como completar un buen número de aviones para un sólido respaldo aéreo. Al entrar el mes de septiembre, el movimiento contaba con 4 barcos, 13 aviones y 1,000 hombres armados. Entre los expedicionarios se encontraban: José Horacio Rodríguez, Ramón Emilio Mejía Pichirilo Mejía, Mauricio Báez, Fidel Castro, Carlos Gutiérrez Menoyo, Pedro Mir, Francisco Alberto Horacio Vázquez, Federico Horacio Vázquez, Germán Martínez Reyna, Nicanor Saleta Arias, Miguel Ángel Feliu Arseno, Horacio Julio Ornes Coiscou, José Rolando Martínez Bonilla, Ángel Miolán, Dato Pagan Perdomo, Los hermanos Víctor, Rafael y Virgilio Mainardi Reyna y Antonio Toirac Escasena.
Fracaso
Mientras los expedicionarios esperaban que los aviones fueran equipados con armamento de combate para poder iniciar la invasión a Santo Domingo contando con respaldo aéreo, el general Genovevo Pérez Damera, jefe del ejército cubano, viajó a Washington DC, donde se entrevistó con altos militares del ejército norteamericano y con diplomáticos al servicio de Trujillo.
Varios días después, el general Pérez Damera procedió a confiscar un cargamento de armas en la finca América del ministro José Manuel Alemán y a intervenir el local que los expedicionarios de Cayo Confites tenían en el hotel Sevilla. Paralelo a la acción de Pérez Damera, el embajador norteamericano en Cuba, Henry Norweb, exhortó a los aviadores Rupert E. Waddel, Thomas Sawyer y Hollis Smith, los tres norteamericanos comprometidos en Cayo Confites, a que regresaran a estados Unidos y abandonaran la expedición, los pilotos se acogieron al llamado y regresaron a su país.
El 21 de septiembre de 1947, los expedicionarios de Cayo Confites deciden salir del cayo al enterarse por la radio del allanamiento del hotel Sevilla y ante los rumores de que el jefe del ejército se rebelaría contra el gobierno.
Luego de deserciones de tropas, confusiones entre las naves expedicionarias y escaramuzas con la marina cubana, los expedicionarios fueron obligados a desembarcar en el puerto de Antillas, donde fueron apresados, desarmados y conducidos al recinto militar de Columbia en La Habana.
Estando prisionero en Columbia, Juan Bosch se declaró en huelga de hambre hasta tanto no fueran liberados todos los expedicionarios. Luego de un acuerdo entre el general Pérez Damera y Juan Bosch, los prisioneros fueron liberados y los dirigentes del movimiento iniciaron gestiones ante el gobierno cubano para que les devolvieran las armas confiscadas.
Ante la negativa del gobierno cubano de devolver las armas intervino el presidente de Guatemala, Juan José Arévalo, quien reclamó la propiedad de las mismas.
Sorprende el equipamiento reunido para este proyecto que logró movilizar hacia Cuba 16 aviones. Aunque tres fueron detenidos en EEUU: un J2F-6, un PB-4Y y un B-24 Liberator, confiscados en Miami, Ponca City y Tulsa. Al abortar la expedición, el ejército cubano incautó 12 aviones trasladados a la base aérea de Columbia: 6 de combate Lockheed P-38 (F-5); 2 bombarderos patrulleros Lockheed Vega Ventura; 2 bombarderos B-25 Mitchell; 1 bombardero Consolidated B-24 Liberator; 1 transporte C-46A Curtis Commando. En adición, los revolucionarios mantuvieron en el aeropuerto Rancho Boyeros 2 Cessna UC-78 Bobcats, 2 Douglas C-47 y 2 Vultee BT-13. La idea era utilizar los 6 Douglas de transporte para lanzar 225 paracaidistas.
Dos de los nueve barcos con que contaba inicialmente la expedición, solamente tres estaban en su poder al momento de intentar salir de Cuba. Eran el LCT (Landing Craft Tank) Libertad, rebautizado Aurora, el LCI (Landing Craft Infantry) No.1006, renombrado El Fantasma y también Máximo Gómez, y la goleta blindada dominicana Angelita, designada Maceo (120 pies, revestida de planchas de hierro con motor diesel). El "crash boat" Victoria, llamado Berta (110 pies con dos motores diesel), ya había sido apresado. Otros barcos comprometidos fueron un LCI rebautizado Patria (que había sido retenido en Baltimore en agosto de 1947), y dos PT (Patrol Torpedo) boats de los utilizados en la Segunda Guerra, estacionados en la base de Mariel.
El arsenal hallado en la finca América del ministro Alemán -que llenó 13 camiones- y en los barcos muestra un impresionante material de guerra adquirido en EEUU y Argentina. Unos 3 mil fusiles Mauser, 215 subametralladoras Thompson, 50 ametralladoras de patente alemana, 10 rifles automáticos, pistolas Colt 45 (para los oficiales), acompañados de varios millones de municiones. También 15 bazookas con 300 cabezas, decenas de bombas (incluso de 300 libras), 300 bombas fragmentarias, 2 mil libras de dinamita, 300 cohetes, 3 morteros Brandet 81 mm, 2 mil granadas de mano y 3 cañones de 37 mm.
La expedición de Cayo Confites de 1947 fue el punto de encuentro de los grupos que habían antagonizado a Trujillo en los años 30 y 40 y su más seria amenaza. Aunque abortada, parte de su saldo sirvió en 1948 a la revolución costarricense que llevó a Figueres al poder, en la que Ramírez Alcántara y Horacio Julio Ornes ganaron galones. De allí -con Guatemala como base y México como escala- surgió la expedición de Luperón de junio de1949 a República Dominicana. Una década después, tras el retorno de Betancourt a la presidencia de Venezuela y el triunfo de Fidel Castro en Cuba, se formó el haz internacional propiciatorio de la expedición de junio de 1959, también a República Dominicana. El comandante de Maimón, José Horacio Rodríguez, hombre del Cayo Confites y de la expedición de Luperón, encarnó la continuidad de este empeño, que fructificó en el movimiento clandestino 14 de Junio, develado en enero de 1960, y en la conjura mortal de la noche del 30 de mayo de 1961 contra el dictador Rafael Trujillo.
Fuente
Cayo-Confites
la expedición que nunca llego
Fidel nuevitas y la
expedicion
Expedición de Cayo Confites
CAYO CONFITES: El impacto catalizador
Por José del Castillo Pichardo
Sociólogo y ensayista
Diario Libre
La expedición de Cayo Confites de 1947 fue el punto de encuentro de los grupos que habían antagonizado a Trujillo en los años 30 y 40 y su más seria amenaza. Aunque abortada, parte de su saldo sirvió en 1948 a la revolución costarricense que llevó a Figueres al poder, en la que Ramírez Alcántara y Horacio Julio Ornes ganaron galones. De allí -con Guatemala como base y México como escala- surgió la expedición de Luperón de junio del 49. Una década después, tras el retorno de Betancourt a la presidencia de Venezuela y el triunfo de Fidel en Cuba, se formó el haz internacional propiciatorio de la expedición de junio del 59. El comandante de Maimón, José Horacio Rodríguez, hombre del Cayo y de Luperón, encarnó la continuidad de este empeño, que fructificó en el movimiento clandestino 14 de Junio, develado en enero del 60 y en la conjura mortal de la noche del 30 de mayo de 1961.
Bajo Grau San Martín (1944-48), Cuba derivó en un activo centro del exilio antitrujillista, con la simpatía de políticos, universitarios, intelectuales y medios de prensa. Allí se fundó el PRD en 1939 y funcionaba un Comité Pro Liberación de Sto. Domingo formado por personalidades. El influyente ministro Carlos Prío Socarrás -luego primer ministro y presidente en 1948- estaba ligado a los exiliados a través de su cuñado, Cotubanamá Henríquez (hermanastro de los Henríquez Ureña), Juan Bosch y René Fiallo, primo de los miembros del Frente Interno, doctores Viriato y Antinoe Fiallo.
Aprovechando la ola democratizadora de postguerra, se organizó en Cuba una fuerza expedicionaria internacional para invadir el país por vía marítima y aérea, encabezada por Juancito Rodríguez, Ángel Morales, Juan Bosch, Leovigildo Cuello, Juan Isidro Jimenes Grullón, Virgilio Mainardi Reina y por dirigentes de grupos de acción política cubanos (Rolando Masferrer, Manolo Castro, Eufemio Fernández). Con el apoyo logístico del ministro de Educación, José Manuel Alemán, y la coordinación con las autoridades militares. Venezuela y Guatemala -encabezadas por Betancourt y Arévalo- dieron su aprobación.
El lugar escogido fue Cayo Confites, un pequeño islote de arena al Norte de la provincia de Camagüey, donde acamparon más de mil hombres en armas, entre ellos veteranos de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Civil española (Tulio Arvelo refiere 1,300: mayoría cubana, 400 dominicanos y algunos centroamericanos). Equipados con una flotilla de barcos y aviones, así como de armamento moderno, adquiridos en Estados Unidos de los saldos de guerra del conflicto bélico mundial y en Argentina, utilizándose para esto último la mediación de Guatemala.
Presiones de Estados Unidos sobre las autoridades cubanas, coincidentes con los incidentes del reparto Orfila de Marianao el 15 de septiembre, que sacudieron a la opinión pública y el alegado soborno de Trujillo al general Pérez Dámera, hicieron abortar la expedición a finales de septiembre de 1947 con la intervención del ejército y la marina de guerra. El resto de los expedicionarios que se propuso enrumbar hacia Santo Domingo fue interceptado y apresado, llevado al puerto de Antilla en Oriente y de allí trasladado en tren a La Habana hasta el complejo militar de Columbia, liberado días después. Fidel Castro, uno de los expedicionarios, se lanzó al mar para evitar el arresto.
Un reporte de la Embajada Americana en Cuba de octubre del 47 concluía que la expedición pudo ser exitosa, indicando entre sus responsables a las autoridades cubanas que la respaldaron y a las norteamericanas que la consintieron, al ser este país donde se adquirió el grueso del equipo bélico y de donde procedía el personal técnico, como eran los pilotos reclutados como soldados de fortuna. La Guerra Fría que se iniciaba frizó esta oportunidad de derrocar a Trujillo.
Un reporte de la Embajada Americana en Cuba de octubre del 47 concluía que la expedición pudo ser exitosa.
jmdelcastillopichardo@hotmail.com
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General Juancito Rodríguez
Historia Dominicana en Gráficas
Juan Rodriguez García, nació en Estancia Nueva , Moca en 1886, y llego a ser uno de los hombres más ricos del país, propietario de grandes extensiones de tierras y numerosas cabezas de ganado.
En su juventud, junto a su hermano Doroteo, participó en la política en el bando de Horacio Vásquez.
En 1930, tras el golpe al gobierno horacista y el asalto al poder por Trujillo, temiendo sufrir represalias contra su familia, aceptó la postulación como senador del partido del dictador en ciernes.
En el segundo período presidencial de Trujillo no logra esconder sus desavenencias y ausencias en las sesiones de la Cámara.
En 1935 se resiste a firmar la condena del entonces diputado Miguel Angel Roca.
A
raíz de esta conducta disidente fue marginado de su cargo y sometido
a vigilancia.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, tomó la
decisión de luchar activamente contra el régimen.
Al no conseguir dentro del país el apoyo de otros desafectos y careciendo de armamentos, decidió salir al exterior para llevar a cabo su plan, no sin antes haber tomado medidas económicas que le permitieran acumular grandes sumas de dinero en el extranjero, para viavilizar sus planes.
Alegando problemas de salud fue autorizado a viajar a Puerto Rico, en enero de 1946, donde hace contacto con núcleos del exilio dominicano.
Con igual propósito, viaja a Nueva York y luego a Cuba, donde se encuentra con su hijo, José Horacio Rodríguez, quien, como otros de los expedicionarios, dejó a un lado su renombrado nivel profesional, pues era un abogado con estudios de economía en la Universidad de Harvard, para enrolarse en el proyecto de la liberación dominicana, participando con su padre en Cayo Confites, en Luperón y, finalmente, llegando a ser comandante de las expediciones marítimas de junio de 1959.
En mayo de 1946, el tirano dispuso una campaña represiva contra los familiares de Juancito Rodríguez que se encontraban aún en el país, encarcelando a su esposa, nuera e hija, al tiempo que abusivamente disponía el pillaje de sus tierras y ganados. Mientras tanto, el general Juancito, como se le distinguió en llamar, se encontraba en Cuba, en medio de los aprestos organizativos de la proyectada expedición de Cayo Confites (1947).
Dos años después, en Guatemala y con el apoyo del gobierno de Juan José Arévalo, dirigió la expedición que aterrizó en Luperón, el 19 de junio de 1949.
Su hijo José Horacio Rodríguez Vásquez vino al país por Luperón en 1949 y posteriormente como comandante del Grupo Maimón y muere al desembarcar el aciago día 20 de junio de 1959.
A pesar de tener 73 años, igualmente forma parte del grupo de dirigentes del Movimiento de Liberación Dominicana que llevó a cabo las expediciones del 14 y 20 de junio de 1959 que, aunque fracasaron militarmente, encendieron la llama de la libertad, dando inicio al fin de la dictadura.
El 19 de noviembre de 1960, en Barquisimeto, Venezuela, luego de 14 años de exilio; del fracaso de las tres expediciones en las que había participado, Cayo Confites, Luperón y la de junio de 1959, de la muerte de su hijo José Horacio en esta última; cansado, deprimido y en la miseria, se quita la vida.
Trujillo es ajusticiado seis meses después.
Coincidiendo con el primer aniversario de la muerte de Juancito, el 19 de noviembre de 1961, los Trujillo salen del país.
En 1978, el presidente Antonio Guzmán gestionó la traída de sus restos desde Venezuela, siendo enterrado en Moca, luego de la realización de un homenaje póstumo. Una calle en La Vega lleva hoy día su nombre.
Texto:
1J4blogspot
Juancito Rodríguez fue el organizador de las expediciones de Cayo Confites y Luperón.
Se abstuvo de participar en la expedición de 1959 porque estaba convencido de que dicha expedición sería un sacrificio en vano. Sin embargo, su hijo decidió sumarse a los valientes jóvenes que se entrenaban en Cuba. Cayó abatido en el mmento del desembarco en Maimón.
Década de 1940
1940
- Trujillo, Caribbean Dictator, Alfred H. Sinks - Ensayo (8 págs).
En 10 años, Trujillo "ha construido la más completa de todas
las dictaduras actuales... es una monocracia absoluta". Dice que
los dominicanos “tienen significativamente menos libertad que los
súbditos de Mussolini o de Hitler; …"el régimen más
totalitario del mundo lo tenemos justo aquí, al lado de Estados
Unidos." Observa que Trujillo es sencillamente una "feliz
mezcla entre Hitler y Al Capone." (Ver The American Mercury,
Vol. LII, No. 202, oct. 1940, pág. 164).
1945 – Informe confidencial del embajador americano Elliot O. Briggs (fecha: 3 de enero, 1945): “No se puede ignorar que Trujillo gobierna la República Dominicana por medio del miedo, basándonos en su inclinación demostrada de emplear medidas súbitas, despiadadas y represivas en contra de cualquier individuo que se le oponga”… Un dictador del carácter de Trujillo duro, competente, corrupto, despiadado e increíblemente vano considera poco necesario el apaciguamiento en sus relaciones internacionales”. (Office of the Historian, State Dept.; también en documental: El Poder del Jefe -Parte II).
1945 – Informe confidencial de Joseph F. McGurk, embajador de Estados Unidos en RD: "Recientemente fue encontrado el cuerpo de un hombre colgado frente a la Secretaría de Agricultura de Ciudad Trujillo. Dicho cadáver lo encontraron empleados que llegaban a sus oficinas para laborar en la mañana. Fuentes confiables informaron también que se encontró otro cuerpo colgado en el pueblo de Cotuí y tres más en Nagua. Se dice, aunque no se ha confirmado, que lo mismo ha sucedido en varios pueblos.” - Documental: Trujillo: El poder del Jefe - Parte II - René Fortunato.
1945 - “Terribles fueron las persecuciones, las violencias, los crímenes que se cometieron en Santo Domingo por orden de Trujillo...pero no sé qué habrá sido peor a la larga para el pueblo dominicano, si el terror implacable de aquel régimen o la paulatina degradación moral que produjo.” (Memorias de una emigración, Santo Domingo 1939-1945 - Págs. 184, 187 - Vicente Llorens fue un historiador, exiliado español que vivió en RD entre 1940 y 1945.)
1946 – Trujillo, Tyrant of the Antilles – 5, 8 y 12 de julio, 1946 - The Virgin Islands Daily News – Una serie de 3 artículos dedicados a exponer los crímenes, robos, corrupción y abusos del Trujillato. Los tres artículos están repletos de ejemplos, críticas y pruebas.
1947 – Extenso informe confidencial (18 páginas) de
Enrique Gajardo Villaroel, embajador chileno, al canciller de Chile –
30 de agosto, 1947. “Más tarde debía enfrentarme a la triste
realidad política de un pueblo que gime desde hace 17 años en la
más oprobiosa de las dictaduras… Se cuentan por miles las víctimas
del régimen: fusilamientos, asesinatos, deportaciones,
persecuciones, confiscaciones de bienes, etc. La vida carece de valor
y de significación cuando se trata de defender la dictadura...
“Traigo de ella una sensación de profunda tristeza ante el
espectáculo de un pueblo envilecido y ultrajado por una de esas
dictaduras de tipo tropical que no tiene, por cierto, ni la
justificación...”
1947 - “Se considera que el dictador es un experto en asesinatos en masa. Es el dueño del más grande y más moderno matadero del mundo. Sin embargo, formalmente es propiedad del Estado.” Menciona “el asesinato de 60 personas hace poco” y la masacre de 12,000 haitianos (Dictador en una isla ensangrentada, Der Spiegel, Alemania, 12 de julio, 1947).
1947 – Beautiful Murder – LIFE Magazine, vol. 22 – 2 de junio, 1947, págs. 7-10: “Pistoleros, esbirros, lemas esculpidos que alaban a Trujillo y las imploraciones de los dos periódicos de Trujillo dominan al dominicano corriente quien no es un ser particularmente político y gana 60 centavos al día… Trujillo logra una combinación entre la crueldad de la España medieval y la ampulosidad tropical que estalla en asesinatos en masa y torturas, una de las cuales se remonta a la Inquisición”.
1947 - "Un dictador a la par del cual Hitler y Mussolini no fueron más que criaturas, un dictador que reina sobre sus dos millones de compatriotas de una manera implacable, más absoluta que cualquier tirano medieval o sultán oriental." Journal et Feuille d’Avis de Valais - Sion, Suiza - 23 de abril, 1947 – Edición no. 46 – Pág. 1
1949 – “La Foreign Policy Association americana ha calculado en 5,000 los que en el pasado han recibido sentencia de muerte en una población total de 2 millones… Sus vacas son ordeñadas por soldados del ejército. Le vende la leche al Partido Dominicano que él encabeza, El Partido recaba los fondos que necesita por medio de 'deducciones voluntarias' de los salarios de los empleados públicos y distribuye la leche gratis a los necesitados. Los funcionarios del Partido entonces les dicen ‘Dios y Trujillo te dan leche’.” (Gott und Trujillo geben dir milch, Der Spiegel, Alemania, 7 de julio, 1949.)
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La Lucha Anti-Trujillista
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