Historia de cómo terminó la sangrienta dictadura de Trujillo
Abel Ureña
Notigraficas.com
30 de mayo, 2018
SANTO DOMINGO. Treinta y un años después de asentarse en el poder, el tirano Rafael Leónidas Trujillo cayó abatido la noche del 30 de mayo de 1961, a manos de un grupo de hombres que había formado parte de su círculo, pero que se había hastiado de sus crímenes y excesos.
La concreción del tiranicidio fue el resultado una ardua y riesgosa planificación de una caterva que encontró apoyo y circunstancias favorables.
Aquella noche aparentemente tranquila, la Ciudad Trujillo (hoy Santo Domingo de Guzmán) se preparaba para dormir cuando estallaron las descargas que variaron el derrotero de la historia del país, hasta entonces sometido a la férrea voluntad del perínclito de San Cristóbal.
La bibliografía sobre la dictadura trujillista es abundante. Entre los libros resalta el escrito por el historiador Juan Daniel Balcácer, quien reconstruyó la cronología de esos días capitales en su obra “Trujillo el tiranicidio de 1961”, en donde señala que el hecho político “no fue fruto del azar ni de la improvisación”.
“Se trató, más bien, de una conspiración cuidadosamente organizada e integrada por personas no alineadas con organizaciones políticas adversas a la tiranía, a quienes les tomó casi tres años llevar a feliz término su proyecto tiranicida. Tampoco fue un complot carente de fines políticos concretos, como han sugerido ciertos autores”, escribió.
Balcácer recordó que “el gobierno de Ramfis Trujillo y Joaquín Balaguer, diestro en el manejo de la desinformación, se ocupó de denigrar a los integrantes del complot acusándolos de ambiciosos traidores y desleales al dictador Trujillo. Esa campaña difamatoria rindió sus frutos y todavía es la época en que hay quienes descreen que los conjurados actuaron inspirados en ideales patrióticos”.
Martes 30 de mayo
De acuerdo con el relato de Balcácer, a las cinco de la tarde del 30 de mayo, Miguel Ángel Báez Díaz le informó a Antonio de la Maza que Trujillo viajaría a San Cristóbal, lo que motivó a De la Maza a convocar una reunión de los conjurados disponibles en la capital para tratar de llevar a cabo sus ideas. También Báez Díaz le comunicó a su primo Modesto Díaz los planes de Trujillo y este le transmitió la noticia a Luis Amiama Tió.
A las 7:00 de la noche, el teniente Amado García Guerrero fue a la casa de Modesto Díaz y le confirmó que “el hombre” iba esa noche a su suelo natal. Además, llamó a Roberto Pastoriza, otro de los conjurados.
Antes de emprender el recorrido hacia la hacienda Fundación, estando aun en la estancia Radhamés, Trujillo instruyó a su chofer Zacarías de la Cruz para que una vez concluyera su caminata nocturna viajaran a San Cristóbal.
Luego, a las 8:00, Trujillo visitó a su madre, Julia Molina, en su residencia ubicada en la avenida Máximo Gómez, esquina México, donde se encuentra actualmente la universidad Apec. Desde allí caminó hacia el malecón hasta llegar el obelisco, acompañado de varios colaboradores: Miguel Ángel Báez Díaz, Arturo Espaillat, Rafael Paíno Pichardo, Jhonny Abbes García, Luis Rafael Trujilllo (Nene), Augusto Peignand Cestero, el general José René Román Fernández (Pupo), jefe de las Fuerzas Armadas, y su edecán militar, el coronel Marcos Jorge Moreno. Al grupo se sumó Virgilio Álvarez Pina.
Paralelamente, Miguel Ángel Bissié fue a la casa de Antonio de la Maza, llevando las armas en el baúl del carro. También Pedro Livio Cedeño llegó a la morada de Tomás Díaz y le pidió a la señora Chana de Díaz que le buscara la pistola de su esposo y le comunicó que el hombre iba para San Cristóbal.
A las 8:25 p.m., los conjurados se encontraban en la autopista, actualmente conocida como 30 de Mayo. Ahí se repartieron las armas, se distribuyeron en tres automóviles y se ocultaron a la espera del momento.
En un carro Chevrolet se encontraban Antonio de la Maza, Antonio Imbert Barrera, Salvador Estrella Sadhalá y Amado García Guerrero, quienes se ubicaron frente al Coney Island de la Feria. Huáscar Tejera y Pedro Livio Cedeño estaban en el automóvil Oldsmobile y Roberto Pastoriza, en otro marca Mercury. Los dos últimos vehículos se situaron tres kilómetros más adelante.
Tenían que aguardar todavía. A las 9:15 de la noche Trujillo se preparaba para salir. Antes de partir, visitó a su hija Angelita, en la mansión ubicada en la avenida Máximo Gómez, donde se encuentra el Teatro Nacional.
A las 9:30 p.m.,los complotados se mantenían en ascuas esperando el instante decisivo, pero “El Jefe” seguía demorándose. Sin embargo, diez minutos más tarde, Trujillo salió de la residencia de su hija, abordó su Chevrolet Bel Aire y enrumbó a su residencia campestre de San Cristóbal. Tomó la ruta esperada. Al acecho, los conjurados observaron el auto cuando cruzó frente al imponente Teatro Agua y Luz y se dispusieron a atacarlo. Al fin había llegado la hora.
A las 10:00 de la noche, Antonio de la Maza hace el primer disparo, “que impacta en el cuerpo del dictador; luego le sigue Amado García Guerrero. En breve, los tiranicidas se enfrascan en un combate a tiros con Zacarías de la Cruz, que dura unos diez minutos”, narra Balcácer.
Arturo Espaillat, estrecho colaborador del tirano, tras escuchar el tiroteo, se acercó a la escena, pero fue conminado por su esposa a retirarse y regresar a la ciudad. En el ínterin, Huáscar Tejera y Pedro Livio Cedeño se sumaron al ataque al escuchar los primeros disparos.
A las 10:10 p.m., Trujillo estaba muerto, pese a la resistencia que él y su chofer Zacarías hicieron durante el ataque y que ocasionó heridas en algunos de los conjurados.
Diez minutos después, Tejeda se encontró con Pastoriza y le dijo: “Trujillo es historia”. Ambos se marcharon en el carro en que iba Huáscar y dejaron abandonado el Mercury, de Salvador Estrella Sadhalá.
A las 10:20 p.m., Pastoriza ayudaba a De la Maza a colocar el cadáver de Trujillo en el baúl del Chevrolet negro y regresaron a la ciudad.
En el interregno, Espaillat se trasladó a la residencia del general Román Fernández y le informó que Trujillo había sido víctima de un atentado.
El chofer de Trujillo, herido, fue ayudado por moradores de la zona. A bordo de un carro público fue conducido al hospital militar Dr. Marión, en las proximidades de la Universidad de Santo Domingo. Allí fue intervenido quirúrgicamente.
Rápidamente, a eso de las 10:30 de la noche, el jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), coronel Roberto Figueroa Carrión, fue informado de que algo grave le había sucedido a Trujillo y se comunicó con Johnny Abbes García, director de Radio Caribe y virtual jefe del temido SIM.
A las 10:40 p.m., el cadáver del tirano fue llevado en el baúl del Chevrolet negro al patio de la residencia del general Juan Tomás Díaz. El vehículo era conducido por Antonio Imbert Barrera, quien estaba acompañado por De la Maza, Estrella Sadhalá y Cedeño, quien fue herido durante el ataque.
Diez minutos más tarde, llamaron desde el hospital a la residencia del coronel Luis José León Estévez, esposo de Angelita Trujillo, y le informaron que el chofer se encontraba herido y que el suegro había desaparecido.
Después de acudir al hospital Dr. Marión, León Estévez, en compañía de su suegra María Martínez, se dirigió a la Casa de Caoba, en San Cristóbal, con el propósito de averiguar en persona sobre el paradero de Trujillo.
De acuerdo a Balcácer, a las 11:20 de esa noche trepidante, el general Pupo Román se dirigió al campamento 18 de Diciembre de Villa Duarte. Lo acompañó el excoronel Juan Pérez Guillén. Desde allí convocó a una reunión con el generalísimo Héctor B. Trujillo, con Johnny Abbes García y el presidente Joaquín Balaguer. Dio instrucciones para que cuando llegaran fueran desarmados cortésmente. Los convocados nunca se presentaron al encuentro, y no pudo concretarse el golpe de Estado planeado por los conjurados.
A las 12:00 de la medianoche, el coronel León Estévez se comunicó telefónicamente con su cuñado Ramfis Trujillo, quien entonces se hallaba en París, y le informó que algo grave había sucedido y que debía regresar al país. Tras sondearlo, el hijo se dio cuenta de la gravedad de la situación: habían matado a quien había gobernado durante tres décadas la nación.
Miércoles 31 de mayo
A la una de la madrugada encontraron en el lugar del atentado la prótesis dental de Trujillo. Su dentista particular identificó “el puente” y exclamó: “¡El Jefe está muerto!”
Los servicios represivos de la tiranía ya habían iniciado la persecución de los complotados y los operativos de vigilancia y seguridad en toda la capital.
A las 2:00 a.m. el cónsul norteamericano Henry Dearborn “cablegrafió” al Departamento de Estado que a las 11:30 de la noche anterior le habían informado que Trujillo fue liquidado.
Después de saquear la casa de la familia Díaz y Díaz, los agentes del SIM entraron a uno de los garajes y hallaron el Chevrolet negro, en cuyo baúl se encontraba el cadáver de Trujillo, el cual fue llevado al Palacio Nacional, donde lo embalsamaron.
A las 3:15 p.m., y de acuerdo al historiador Bernardo Vega, se realizó una reunión de emergencia en el Departamento de Estado, donde se consideró la opción de intervenir militarmente a Santo Domingo, para apoyar al nuevo gobierno. “Sin embargo, la continuidad en el poder de Balaguer confiere cierto carácter de legalidad al gobierno. Se espera que los ‘disidentes’ logren deponer a las autoridades trujillistas e instalen un gobierno provisional que solicite la intervención de los Estados Unidos a través de la OEA”, señaló Balcácer.
A las 4:00 p.m. la CIA se informó de que Ramfis Trujillo viajaba hacia Santo Domingo desde París en un vuelo privado, y el Pentágono puso en ejecución un plan de contingencia militar y envió una flota de portaviones y destructores a las costas dominicanas. Además, la CIA hizo una lista de exiliados dominicanos a los que no se les permitiría regresar al país.
Cuarenta y cinco minutos después, Radio Caribe, propiedad del Gobierno, divulgó oficialmente la noticia sobre la muerte de Trujillo.
No obstante, la novedad empezó a difundirse la madrugada del 31 de mayo, a través de rumores y mensajes telefónicos.
Esa noche, personas que asistieron a una cena en el Country Club advirtieron que había un inusitado operativo de militares y civiles fuertemente armados. Una de esas personas, de acuerdo con Vega, fue el cónsul norteamericano Dearborn, cuyo automóvil fue requisado por agentes del SIM, muy nerviosos. “Ante ese inesperado operativo, Dearborn le comentó al jefe de la estación de la CIA en Santo Domingo, quien le acompañaba en esos instantes: “Bob, tiene que haber ocurrido. Estoy seguro de que ha ocurrido”, cuenta Balcácer.
El historiador refiere que el cónsul Dearborn, desde luego, conocía el complot contra Trujillo, puesto que había servido de enlace entre una fracción del grupo político y el Departamento de Estado norteamericano en el proceso de gestión de armas y apoyo político para llevar a cabo un plan que liberara al país de la dictadura”.
Los complotados
Según escribió Balcácer la conspiración del 30 de mayo estuvo integrada por más de 50 personas. Además de los miembros directos, existió una amplia red de individuos (adeptos, familiares y amigos) que estaban enterados de cuanto se tramaba, pero que no tenían asignadas tareas específicas.
En el atentado participaron Antonio De la Maza, Juan Tomás Díaz, Antonio Imbert Barrera, Modesto Díaz, Pedro Livio Cedeño, Salvador Estrella Sahdalá, Roberto Pastoriza, Huáscar Tejeda y el teniente Amado García Guerrero, que formaba parte de la Guardia Presidencial.
También estuvieron involucrados en el complot Luis Amiama Tió, Luis Manuel (Tunti) Cáceres y el general Pupo Román, pero la noche del atentado no estuvieron presentes.
En la confrontación con Trujillo sufrieron heridas Cedeño, García Guerrero e Imbert Barrera. Solo requirió asistencia especializada Cedeño, el primer apresado de los conjurados, contra quienes se desató una cacería que afectó a familiares y amigos, muchos de los cuales fueron apresados y atormentados bárbaramente.
Imbert Barrera y Amiama Tió pudieron permanecer ocultos hasta que terminó la persecución. Los demás fueron asesinados por agentes de la dictadura y Ramfis Trujillo Martínez, incluyendo al general Pupo Román, quien padeció torturas atroces antes de ser acribillado por el hijo del dictador en la hacienda María.
Otros de los complotados directos fueron Eduardo Antonio García Vásquez, Miguel Ángel Bissié Romero, Ernesto de la Maza Vásquez, Mario de la Maza Vásquez, Bolívar de la Maza Vásquez, Pablo de la Maza Vásquez, Modesto Díaz Quezada, Miguel Ángel Báez Díaz, Manuel de Ovín Filpo, Juan Bautista (Gianni) Vicini Cabral, Ángel Severo Cabral, Donald Read Cabral, Andrés Freites Barreras, Luis Manuel Baquero y Jordi Bossa.
En su voluminosa y documentada obra, Balcácer asegura que un grupo de mujeres estuvieron involucradas indirectamente en la trama como fueron Cristina Díaz de Díaz, Urania Mueses de Estrella, Guarina Tessón de Imbert, Aída Michel de De la Maza, Hilda Tactuck de De la Maza, Olga Despradel de Cedeño, Marianela Díaz de García, Anneris Malagón viuda Cobián, Coffeta Ricart de González, Petra Solano de Rodríguez Echavarría, Flérida Yabra de Berry, profesora Mineta Roque Martínez, Mercedes Amiama Tió, Gracita Díaz de Henríquez, Josefina Padilla de Sánchez, doctora Gladys de los Santos, Antonia Vásquez de Freites y Josefina Gautier de Álvarez, entre otras.
Santo Domingo.- A pocas horas del ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo la noche del 30 de mayo de 1961, hace 52 años, se desató casa por casa el arresto no sólo de la mayoría de los conjurados, sino de sus esposas, padres, hijos, hermanos, primos, amigos, trabajadores domésticos, choferes, profesores de hijos, sacerdote, médicos, barbero, entre otros, quienes fueron interrogados e incluidos en el voluminoso expediente de unas 1,000 páginas.
Esa noche el país prácticamente no durmió por los aparatajes de las fuerzas de seguridad e inteligencia en las calles y los allanamientos en la noche y la madrugada; mientras el cadáver del dictador permanecía en el baúl del carro de Antonio de la Maza, uno los principales implicados en el complot.
En la providencia calificativa del caso, presentada por el juez de instrucción Wilfredo Mejía Alvarado, se incluyeron a Juan Tomás Díaz Quezada, Antonio de la Maza Vásquez y al teniente Amado García Guerrero, pese a que habían sido asesinados unos dos meses antes por fuerzas trujillistas, luego de su participación en la muerte del tirano .
El LISTÍN DIARIO inicia hoy la serie especial Expedientes de los héroes del 30 de mayo, basado en las investigaciones e interrogatorios que realizaron fiscales y jueces.
El complot fue planificado en dos partes, primero la eliminación física de Trujillo, y después, el golpe de Estado para sacar a los Trujillo del poder y llamar a elecciones, para lo cual se contaba con el ministro de las Fuerzas Armadas, mayor general José René Román García (Pupo), quien no fue localizado la noche de la conjura, y que también fue torturado y muerto por los remanentes del régimen, aunque no incluido en el expediente.
SOMETIERON A CONJURADOS, FAMILIARES, EMPLEADA DOMÉSTICA, CHOFERES, SACERDOTE, MÉDICOS Y BARBERO
En los primeros siete días de junio de 1961 habían enviado a la cárcel La Victoria a casi todos los conjurados, pero a finales de julio el juez de la instrucción disponía contra ellos prisión provisional, y orden de conducencia hacia ese centro penitenciario.
El 19 de agosto de 1961 se informó que un auto en contumacia a cargo de los Antonio Imbert Barrera, Luis Amiama Tió, Ernesto de la Maza y Juan Tomás Díaz Astacio, “acusados indistintamente de varios crímenes resultantes de la conjura criminal que culminó con el asesinato del Generalísimo y Doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria, Padre de la Patria Nueva y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, fue publicado en la Gaceta Oficial 8595, del 19 de agosto en curso, de la que me complace enviarle dos ejemplares” .
Una de las familias donde más arrestados hubo fue la de Juan Tomás Díaz, pues incluyó a su esposa Cristiana (Chana) Díaz de Díaz, Mariela Díaz de García, hija, Juan Tomás Díaz, hijo; Leda Montaña de Díaz, primos y sobrinos.
Otros procesados fueron Modesto Eugenio Díaz Quezada, Miguel Ángel Báez Díaz, Nazario Bienvenido Díaz Vásquez, Danilo Augusto Díaz Lovelace, Modesto Lucas Díaz Montaño.
También, la entonces esposa de Imbert Barrera, Guarina Tesón de Imbert; y una amplia representación de la familia Amiama, entre ellos Fernando Amiama Tió, Nassina Diná de Amiama, Altagracia Amiama Diná, Victoria Amiama viuda Cabral.
Manuel Antonio Durán Barrera y Marcelino Bienvenido Vélez Santana, de haber ejecutado las infracciones que se enuncian a seguidas: a.– El crimen de trama y atentado para cambiar o derrocar el gobierno legalmente constituido en la República; y b.– El delito de ocultación de reos, susceptible de pena aflictiva.
También, el sacerdote Gabriel Maduro, acusado de ocultar en la parroquia a Salvador Estrella Sadhalá .
También, Ernesto de la Maza (prófugo), Rafael Arturo Batlle Viñas, Plinio Antonio Jacobo Polanco, Benancio Arzaga Santidrian, Danilo Augusto Díaz Lovelace, Freddy de Jesús Tavárez Liz, Ricardo Antonio Mejía León, Juan Tomás Díaz Astacio (prófugo), Manuel Antonio Durán Barrera, Marcelino Bienvenido Vélez Santana, Raudo Saldaña Soto, América Silvestre Martínez, Altaveira Saldaña Soto (a) Monjita, Manuel Enrique Tavárez Espaillat e Hilaria Balbuena .
El 12 de septiembre de 1961, el doctor Abel Fernández Mejía, juez-presidente de la Primera Cámara de lo Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial Nacional, dio un plazo de diez días a Báez Díaz, para que se presentara al tribunal tras considerarlo como prófugo.
En los interrogatorios a principios de junio en la Fiscalía, Báez Díaz había dicho: “Hace más o menos dos meses Juan Tomás Díaz, quien aparte de ser mi primo, como todos lo saben, nos tratamos como hermanos, me dijo que la situación política estaba muy mala por el desacuerdo que había con los Curas y que se decía que vendría una invasión de Venezuela, le dije que no creyera en tonterías de invasión, porque los que venían aquí vinieron y estaban muertos; me dijo que el general Román estaba en disposición de respaldar cualquier movimiento para hacerse cargo de la situación” .
El 22 de agosto de 1961, el oficial encargado de la Penitenciaría Nacional de La Victoria, primer teniente policial José Altagracia García, informó al ministro de Justicia, Temístocles Messina, que recibió la orden de prisión preventiva 48760 contra Báez Díaz, “pero no fue recibido el sujeto contra quien estaba expedida la mencionada orden, como dice el Procurador General de la República en el segundo párrafo del oficio 5807 del 21 de agosto de 1961.
Aunque fueron incluidos en la providencia calificativa, “con generales ignoradas” contra Juan Tomás Díaz Quezada, Antonio de la Maza Vásquez y Amado García Guerrero, fue declarada extinguida la acción pública por fallecimiento. Díaz y de la Maza fueron muertos el 4 de junio de 1961 en la avenida Bolívar y García Guerrero el día 2 en la avenida San Martín, todos por agentes trujillistas .
“Art. 3.– Se declara amnistía total a favor de todas las personas que participaron en el atentado ocurrido la noche del 30 de mayo del presente, en la Autopista que conduce desde esta ciudad hasta San Cristóbal, y en la trama que culminó con el mismo” .
Publicado originalmente en el Listín Diario
28 de mayo de 2013
Investigado por Fernando Quiroz
PERSECUCIÓN, TORTURA Y MUERTE TRAS EL 30 DE MAYO
Comentario del historiador Juan Daniel Balcácer:
(Hora: 1:08:32)
“Murió el tirano, pero no desapareció la dictadura y el gobierno quedó en manos de su hijo Ramfis y de Balaguer, pero sobre todo que fue un gobierno militar el que quedó y Ramfis juró que los asesinos de su padre no les pusieran la mano, que él personalmente los iba a matar. Así que Juan Tomás Diíaz y Antonio de la Maza fue una gran decepción para Ramfis porque ellos murieron enfrentando a los caliés, iual que Amado García Guerrero.
Los demás pudieron apresarlos, muchos otros no pudieron apresarlos porque no los identificaron. Pero el terror que prevaleció aquí en Santo Domingo entre junio primero del 61 hasta finales de diciembre es, bueno, solamente Dante en la Divina Comedia puede describir esa experiencia dantesca que se viviió aquí porque no fue nada más los héroes que fueron apresados, torturados y, debo decirles, también igual que muchos otros de los expedicionarios, por ejemplo Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda, el propio Roberto Pastoriza, el caso de Pupo Román, después que eran beárbaramente torturados, eran llevados al hospital militar de la base aérea, entonces se llamaba la Aviación Militar, y se les daba órdenes extrictas a los médicos de que cuidado si esos pacientes se morían, que tenían que reanimarlos, revivirlos para volverlos a llevar a las ergástulas a ser objeto de torturas hasta que finalmente Ramfis decidió asesinarlos antes de irse el 18 de noviembre.
Ya a Pupo en octubre lo había matado en su finca de Jainamosa después de bárbaras torturas.
Y las esposas, las hijas, los hermanos fueron detenidos y las esposas de los héroes y de familiares allegados muy cercanos fueron llevadas a una casa en las afueras de la capital, las recuerdo cuando yo pasaba muchacho en un carro frente a esa finca y las veía ahí: 15, 20 mujeres con sus hijas muchas de ellas, algunas embarazadas como doña Lindín Tejeda, la esposa de Huáscar, ese joven que hoy es presidente de la Fundación 30 de Mayo, Heroes del 30 de Mayo, Manuel Tejeda, hijo de Huáscar, estaba en la barriga de su madre cuando mataron a Trujillo. Y presas varios meses y no vayan ustedes a pensar que era en un resort que estaban, eran presas, tratadas como presas vulgares, de manera que aquí se vivió una época de terror verdaderamente increíble. “
[Fin de la cita]
Más adelante Balcácer cita un verso del poeta Arturo Pellerano Castro sobre los ajusticiadores del dictador Lilsí:
“Benditos los que matan si es un monstruo de sangre el que se hunde y un pueblo el que se salva.”
Video en YouTube publicado por el Ministerio de Cultura de la República Dominicana
Publicado el 30 de mayo, 2020
https://www.youtube.com/watch?v=EyxNkF5JV9c
“Yo tenía terror a que me violaran, terror, terror, que me mataran mejor, ese era mi terror. Y entoncesJohnny dijo ‘Bueno, súbala allá arriba que ella habla más tarde’.
Después supe quieres eran, eran casi todos mi familia ya golpeada y de La 40 nos mandan pal 9. Parece que dijo ‘mándenlos acá una vez. Y a mí noche por noche me sacaban. Nunca me torturaron físicamente, mentalmente sí.
Ellos habían venido de todas partes. Los amigos estaban presos, los amigos en La Vega, en La Romana, en todas partes los amigos de Juan Tomás fueron presos.
Envueltos pasaban, por ejemplo. en lonas, porque las puertas eran abiertas las celdas, y abajo el cuarto de torturas. Subían. ¿Cuál será que va a ir, familia de uno o no familias. Pero varias veces, envueltos en lonas, eran cadáveres.
Y yo, como te digo, los apoyo, los apoyaría otra vez y respeto la decisión que ellos tomaron, todos. Para mí eran hermanos, para mí eran mis hermanos toda esa gente que participó en ese hecho.”
Video publicado por el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD)
https://www.youtube.com/watch?v=-UF2PEhOWK8
En una entrevista en el periódico Hoy en 1999, con Angela Peña, doña Chana comentó sobre su situación después de quedar liberada:
“Yo lo perdí todo. Me quedé con lo que me dio la gente. Tengo la lista de las personas que me ayudaron.”
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En su artículo Las mujeres del 30 de mayo, el historiador Juan Daniel Balcácer nos brinda más detalles sobre la experiencia de las heroicas mujeres del 30 de mayo:
“En la cárcel personal de Ramfis Trujillo, ubicada en el kilómetro 9 hacia San Isidro, catorce de las parientes directas de los tiranicidas fueron aherrojadas en una pequeña celda en la que apenas había espacio para seis u ocho personas. Las detenidas soportaron en silencio la humillación de ver a muchos de sus esposos y familiares completamente desnudos, esposados con las manos atrás y visiblemente desfigurados por las torturas. Todas las noches, tanto Ramfis como Radhamés Trujillo pasaban por las celdas donde se encontraban las indefensas reclusas, mientras algunos de sus sicofantes proferían dicterios y amenazas contra ellas. Asimismo, cada día ellas escuchaban los gritos enloquecedores de sus familiares a consecuencia de las torturas que tenían lugar en ese antro infernal. Por lo general, los esbirros anunciaban las torturas tocando un timbre sobremanera estridente. Dicen que era un ruido desesperante que alteraba el estado anímico de las mujeres, pues sabían que el mismo preludiaba una nueva sesión de torturas para sus indefensos compañeros.”
Las mujeres del 30 de mayo
Juan Daniel Balcácer (historiador)
Listín Diario
27 de junio, 2018
En su artículo Aida Michel, estandarte de honor Fulgencio Espinal recuerda la relación de amistad y negocios entre su padre Félix Espinal y su padrino Antonio de la Maza. Del artículo extraímos el siguiente párrafo que arroja luz sobre lo que motivó a Antonio de la Maza a tratar de eliminar a Trujillo:
“La última vez que le vi debió de ser la mañana del segundo domingo de mayo de 1961, llegó con buena pinta, me abrazó y penetró conmigo a la oficina del viejo almacén, allí habló claro con papá, “tú sabes en lo que yo estoy….”, se lo había confesado en rabiatas” de tragos que no viviría conforme hasta que no vengara la muerte de Tavito, maldijo la cobardía de un pueblo que no reacciona ante el sacrificio de los héroes de junio de 1959, “aquí no hay hombres…son las mujeres las que están dando las vidas por la libertad” (se refería a las hermanas Mirabal), e interrumpiendo los consejos que papá le daba, proclamó “llegó la hora” de pagar los crímenes que Chapita tiene pendiente con este pueblo, “sé que puedo morir, pero me lo agradecerán”. Papá se pone de pie, lo abraza y brotan lágrimas.
Antonio, libre de emoción, va al grano sobre los negocios, “yo no te engaño, he hablado con Aída para que un solar que tengo en la Capital en la calle Juan Isidro Jimenes, se venda y se te pague la deuda pendiente, cual sea el resultado de esta misión que debo cumplir, “el honor De la Maza está comprometido a pagarte”. Antonio llevó a cabo su misión de ajusticiar al tirano.
Seis meses después, cuando Aída retorna con el dinero “a cumplir con el compromiso de honor que Antonio hizo contigo, Felicito”, se dimensiona el acierto de papá de haberme buscado un padrino como Antonio De la Maza Vásquez, “un hombre de honor”. Aída dijo: “Antonio me repitió hay que pagarle a Felicito….quemé el precio de la venta del solar para venir a pagarte, ahora puedo estar tranquila”….dijo Aída entre lágrimas."
Aida Michel – Estandarte de Honor
Fulgencio Espinal
El Nacional
21 de Agosto, 2010
“Pero su obra quedó hecha. Aunque para muchos hoy en este país se burlen, se rían y digan que no hicieron nada. Fueron personas, como hay muchos que me han dicho, que eran personas pegadas a Trujillo. OK, pero se dieron cuenta en un momento que Trujillo era un monstruo y entonces ellos quisieron libertar a este país porque mi marido tenía 35 años, estudió fuera de este país y se dio cuenta de como se vivía afuera y queria que todos los dominicanos vivieran en libertad. Es decir, él no tenía por qué haber sacrificado su vida por este país, pero lo hizo porque pensó que era lo mejor.”
María Leonor González (Lindín)
Esposa de Huáscar Tejeda, héroe nacional
Testimonios de los familiares de los Héroes del 30 de mayo de 1961
Programa: Con Víctor Grimaldi
https://www.youtube.com/watch?v=_6Vn0pz4V6k
Roberto Pastoriza, ingeniero de profesión, tenía 39 años y estaba casado con María Alemán con quien procreo una hija. Compañero, socio y amigo íntimo de Huascar Tejeda, ambos tenían un plan alterno para ejecutar al tirano, lo vigilaron por meses y conocían sus movimientos.
Fueron reclutados por Modesto Díaz quien era amigo del padre de Huascar y le conocía desde niño. El ing. Pastoriza era un joven inteligente y de gran sensibilidad social, fue profundamente conmovido por la expedición del 59 y el asesinato de las hermanas Mirabal.
Sobre esto se cuenta:
En una de las primeras reuniones de Juan Tomás Díaz, Antonio de la Maza y Antonio García Vásquez, Juan Tomás molesto les dice: ‘’Ustedes piensan que son los únicos que están detrás del hombre. Ahí tiene Modesto, mi hermano, dos muchachos dispuestos a todo (refiriéndose a Huascar Tejeda y Roberto Pastoriza) ’’.
Tomado del libro Trujillo y el 30 de mayo, en honor a la verdad, de Miguel Ángel Bissié.
Roberto (Fifí) conducía el Mercury de Salvador Estrella, que era la última línea de la emboscada. Esa misma noche fue de los que propuso que continuaran la acción. Fue apresado el 1 de junio junto a su esposa y durante su paso por la 40 y el 9 sufrió las torturas de rigor con dignidad. Su esposa María Alemán estuvo tres meses en prisión. Roberto Pastoriza fue asesinado el 18 de noviembre, 1961 en la Hacienda María.
Olga Despradel Viuda Cedeño
Esposa de Pedro Livio Cedeño, héroe nacional
https://www.youtube.com/watch?v=_6Vn0pz4V6k
Testimonios de los familiares de los Héroes del 30 de mayo de 1961
Programa: Con Víctor Grimaldi – Min. 27:51
Ramfis y sus colaboradores mataron uno a uno a los conjurados
Por Jesús Sanchís-EFE
5 de diciembre, 2012
Diariolibre.com.do
Un expediente obtenido por investigadores dominicanos ha sacado a la luz el asesinato de seis de los hombres que intervinieron en el plan para matar al gobernante dominicano Rafael Trujillo (1930-1961), una historia conocida, pero de la que hasta ahora no se habían hallado pruebas documentales.
El investigador alude, además, al papel del entonces presidente Joaquín Balaguer, de quien dice que "dejaba al hijo del tirano hacer y deshacer y además, guardaba silencio".
Uno de los personajes que aparecen en el expediente es Dante Minervino, quien narra en su declaración, "con frialdad que espanta (...) los últimos momentos de vida de los mártires de la hacienda María", revela el historiador.
En el mes de agosto de 1961, en una semblanza escrita en la cárcel de la Victoria, Don Tomás Baez Díaz decía: “ Tunti es el benjamín de los compañeros de celda, pero por su tamaño y desarrollo es el más grande”. Decía también entre otras cosas, “ su participación en el complot para liberar a nuestra patria de la más cruel, sanguinaria y vergonzosa tiranía, no fué pura casualidad u obra de la circunstancias, porque él tiene conciencia de la situación por la que atraviesa el desgraciado pueblo dominicano y está dispuesto a sacrificarse si el futuro así se lo exige, por eso repito que asombra que un muchacho tan joven tenga tan arraigados conceptos cívicos y sea un idealista y que en su cerebro bullan grandes ardores patrióticos “.
La siguiente es una transcripción de la carta escrita por Luis Amiama Tio en junio de 1961 a su esposa e hijas desde el escondite durante la cacería dirigida por Ramfis Trujillo en los meses después del ajusticiamiento. El manuscrito de esta carta hoy se encuentra exhibido en el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD) entregado a esta institución por su hija Pilar (v
Junio de 1961
Mi querídisima Nossi,
Mil besos para ti y mis hijas. ¿Cómo están de salud? Y esos ánimos ¿cómo andan? Espero que bien. Hagan un esfuerzo, no se depriman, sean fuertes, orgullosas y activas y recuerden que, aunque ahora estamos sometidos a una dura prueba, vale la pena que la experimentemos pues no se trata de la suerte de una familia, se ha jugado la suerte del pueblo dominicano y es natural que las conmociones se proyecten sobre algunos núcleos.
A nosotros nos llegó nuestro turno. Sin embargo, si ustedes analizan las condiciones en que vivíamos y con nosotros el país entero, deberán reconocer que era materialmente imposible continuar por ese camino en que la corrupción y la inmoralidad a poco invade la totalidad de los hogares dominicanos.
Yo te aseguro, mi Nossi querida, que bien no sé como pasé el último año de mi vida hasta producirse los sucesos del 30 de mayo. Me parecía como si permanentemente una lejana voz me acusara de no haber hecho nada para liberarnos de la tiranía. Eso lo aumentaba el hecho de saber que tantos jóvenes imberbes habían expuesto sus vidas y sufrían torturas sin que nosotros, los hombres de cierta madurez, nos decidiéramos a solucionar el problema, que era a nosotros a quienes nos correspondía resolver y no a esa juventud que nos daba un ejemplo que, en realidad, debía recibir de nuestra generación.
Pero al fin Dios nos iluminó y aún cuando uno sobreviva todo esto, tampoco pasará por la vergüenza de querer justificar, sin poderlo, frente a sus hijas su indiferencia ante hechos como los que aquí ocurrían, que si en un aspecto derrumbaron nuestras aspiraciones y hasta nuestro deseo de existir, en otro fueron el estímulo que acrecentó las ansias de libertad del pueblo dominicano.
Tú y mis hijas recuerden que para yo cumplir como es mi deber con la Patria, necesito ser secundado por ustedes. En este caso, la ayuda que les pido es la de saber, aún cuando faltare para siempre, que vosotras están en el sitial en el que el coraje y el orgullo las ha colocado sabedoras de lo justa de la causa por qué he ofrendado mi vida.
A ti, mi santa y buena esposa, te aseguro que no tuve otro amor en la vida comparable al tuyo y si alguna satisfacción he tenido en mi existencia, ésta ha sido la de creer firmemente que has vivido segura del gran cariño que te he profesado.
A mis hijas, Ana María y Altagracia, las considero ya con el suficiente sentido común para darse cuenta de que a mi paso por la vida no tuve otro ideal que vivir para la felicidad de ustedes. A la gran Pilar, entérenla a su tiempo de eso.
Con todo mi cariño,
tu Luis
NOTA:
Esta carta se la entrego Luis Amiama Tio en 1980 a su hija Pilar antes de partir hacia Estados Unidos enfermo de cáncer.
Hoy el manuscrito original de esta carta se encuentra en el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, entregada por Pilar Amiama a la directora del museo, Lic. Luisa de Peña.
Esta es una transcripción de la carta grabada oralmente en la tercera parte del siguiente documental:
Luis Amiama Tió, sobreviviente del 30 de mayo (3ra parte)
(Minuto: 7, segundo: 26)
EL
LEGADO DE TRUJILLO
Las
manifestaciones populares descritas por el embajador Morrison en
todas las ciudades y pueblos que él visitó en noviembre de 1961,
exigiendo libertad y que no se levantaran las sanciones hasta que se
fueran los Trujillos, ocurrían en días y semanas en que había
represión, paleros, presos, disparos contra las multitudes,
desaparecidos. Es decir, esas manifestaciones masivas en casi todo el
país no podían ser un falso montaje controlado por grupos de
intereses ya que eran demasiado masivas, temerarias y sus reacciones
y las expresiones eran espontáneas. Con sus movilizaciones masivas
el pueblo no tenia otra opción que ponerse a la altura de las
circunstancias históricas que talvez no retornarían en muchas
décadas. Sabían que esta era tal vez la única oportunidad de
romper sus cadenas antes de que el régimen superara su aislamiento
económico/político y estaban dispuestos a arriesgar sus vidas para
ponerle fin a los 31 años del trujillato. El embajador Morrison, a
pesar de haber sido en el pasado un simpatizante del régimen y amigo
del dictador y su hijo, al viajar por el territorio nacional en
noviembre y conocer la realidad, nunca puso en duda que las numerosas
manifestaciones masivas que él presenció en su recorrido por el
país fuesen auténticas expresiones inevitables de un pueblo
radicalmente oprimido y explotado, ansioso por liberarse.
Como
dijimos, Morrison había tenido una larga y cordial relación con los
Trujillos, hasta amistosa. Inclusive, cuando se reunían, Ramfis se
dirigía al diplomático por su apodo (“Chep”). A pesar de su
posición conservadora y su anti-castrismo, el embajador Morrison
tuvo la honestidad de reconocer la realidad irrebatible que vivió en
esos días en cuanto al deseo imperioso del pueblo dominicano de que
todos los Trujillos se fueran cuanto antes. Cuando al final de su
recorrido se reunió con Ramfis, le comunicó personalmente, sin
rodeos, esa voluntad nacional que él palpó en todo el territorio,
sin pensar en cómo esa cruda sinceridad afectaría su relación con
el hijo del dictador. Leamos algunas de las observaciones del
embajador Morrison:
EL LEGADO DE TGRUJILLOEL
LEGADO DE TRUJILLO
(Extractos)
Delesseps S. Morrison
Embajador americano ante la
OEA
Miembro de la delegación de la OEA en RD en noviembre de
1961
“Cuando
salí y seguí mis actividades fue sólo para encontrar más
sentimientos antitrujillistas.
“Por todas partes era lo
mismo. En la ciudad portuaria, Puerto Plata, en el norte, en San
Cristóbal, San Pedro, La Vega, Constanza, hasta en La Romana, en el
corazón de la deprimida zona de la caña de azúcar: “Nos
quedaremos sin comida, viviremos en la pobreza, si eso significa que
podemos salir de los Trujillos.” En Constanza el secretario local
nos recibió en su casa, un poco más grande que una choza. Bebimos
limonada bastante caliente y tuvimos que espantar millares de moscas
pequeñas y aguijoneantes. El hecho de que el partido fuera la UCN,
el PRD o el 14 de Junio, no importaba. Estaban en desacuerdo sobre
las personalidades y sus demandas políticas diferían, pero la
aspiración común se concentraba en la frase “Fuera los
Trujillos”. Eso comprendía a toda la familia
Trujillo.
*****
NAVIDAD CON LIBERTAD
“Cada vez
que salíamos la población de la ciudad parecía estar esperándonos
afuera, cantando “Libertad, Libertad” y soplando cuernos como una
señal para decirles a los demás que se podía. Al principio la
gente temía hablarnos.
“Cada bienvenida era más
emocionante. Pense que habíamos calado en la tónica de la gente. En
esas multitudes excitadas que aparecían, las palabras eran de
advertencia: “No escuchen al gobierno [Ramfis-Balaguer]. Tan pronto
ustedes se vayan ellos estarán en nuestras espaldas. Los paleros
todavía están en la calle manteniendo el sistema.
Ayúdennos!
Ayúdennos!”
*****
“Habiamos visto niños
mendigando. Niños de tres, cuatro y cinco años de edad, frotándose
las manos en el estómago, tendiendo la mano mendigando por monedas,
con las caras delgadas penosamente encogidas. Habíamos caminado por
ruinosos barrios de gente miserable. Esos barrios de América Latina
que resultan inolvidables. Habíamos visto gente que había sufrido
años de maltrato. Y con todo, sabiendo que todo esto podía cambiar
mediante una recomendación que podíamos formular, todavía odiaban
tanto a los Trujillos, con tanta amargura, que preferían continuar
en este calvario antes que arriesgarse a mantener el régimen.
*****
“Era
distinto a lo que yo había esperado. Yo había esperado que los
Trujillos fueran extremadamente impopulares en muchos sectores, pero
yo no estaba preparado para la casi universal ola de odio.
“Cuando
reanudamos nuestra caminata, unos centenares se apartaron de la
multitud y se unieron a nosotros, gritando: “No nos dejen, hay
gente inocente que esta siendo encarcelada.” Casi tuvimos que
luchar para seguir nuestro camino. Mientras tanto me di cuenta de que
había un rumor de aviones. Miré hacia arriba. Era un escuadrón de
cazas de la Fuerza Aérea Dominicana. Venían bajo. Pasaron
peligrosamente cerca de nuestras cabezas. Estaban atronando a la
multitud. La gente comenzó a gritar y a correr en todas direcciones.
Salazar exclamó: “Pero esto es estúpido. ¿No saben ellos que
esta gente sólo discrepa?” Después de pasar una vez los aviones
siguieron volando, pero el desfile continuó y la multitud nos
acompañó hasta las mismas puertas de la catedral, antes de alejarse
saludándonos con sus pañuelos.”
El
legado de Trujillo
Por
Delesseps S. Morrison
Revista ¡Ahora!
- Págs.
6, 8, 9
!8 de diciembre de 1972
La Lucha Anti-Trujillista
https://laluchaanti-trujillista.blogspot.com